Momento inspirador para crear haikus (4 dic 09)

Puedo respirar
el perfume de tu piel.
Te quedas en mí.
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Soñé tu sueño
para ser mortal.
Llegó la noche.
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Mariposas van
delineando sonrisas
con tinta de sol.
Pausa


Momento silente,
la luna expectante.
Eternidad.
Ocurrencias


Se me ocurre una ocurrencia. No es nada genial, sólo algo que sale de mi cabeza, baja hacia mis ojos -éstos se mueven como buscando respuestas- y la ceja se arquea. Luego pasa por  mi garganta, pero ésta no quiere emitir sonido alguno -porque su turno laboral ha terminado y se rehusa a trabajar horas extras-. La indignada ocurrencia se dirige a los brazos, pasa por los codos, llega a mis dedos y... y...

¿¿¿Qué diantres iba a escribir???
Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj

"Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire.

No te dan solamente un reloj, que los cumplas muy felices, y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con ancora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo.

Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de tí mismo, algo que es tuyo, pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca.

Te regalan la necesidad de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico.

Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se caiga al suelo y se rompa.

Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia a comparar tu reloj con los demás relojes.

No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a tí te ofrecen para el cumpleaños del reloj."

                                                                                                              Historias de Cronopios y de Famas
                                                                                                                                              Julio Cortázar

Mi sala de espera favorita...

A falta de...

La inspiración se fue por el momento.

Estaré esperándola a ver si se digna volver más tarde, quizá mañana. Mientras, las letras se ponen inquietas dentro de mi cabeza, tratando de encontrar un orden que parece más bien desorden.

Pongo cara de mujer pensativa: sólo pienso en la nada y lo encantadora que es.

Luego, algo dentro de mí sugiere que mejor ponga muchos sueños en los recovecos de este espacio, producto de mi personal microcosmos. Me dispongo a dormir, porque duermo para soñar.

Aparece una serie de sueños en cadena, rodeados de pequeños fuegos artificiales: un libro, un amor, un destino, un viaje, un beso, una flor, un hijo, una mascota, un espacio personal, un árbol, una evolución, una transformación, un mucho de música, un tango con alguien, un sin fin de noches de luna llena...

pd. No me di cuenta, parece que la inspiración regresó acompañada.
Un crónica onírica
La música empezó a girar por el cuarto al ritmo acompasado de un piano sin prisas. Por instantes, la tranquilidad se instaló cómodamente en mi cama para verme y sonreir mientras yo intentaba terminar un ensayo sobre los sueños del hombre.

El ambiente siguió llenándose de notas que ahora desprendían un olor a jazmín y a notas verdes, y me abrazaban como queriendo adueñarse de mi. Con una mayor fuerza comencé a aspirar el suave aroma, procurando no perder ningún detalle del mensaje que me daba, tan relajante y a la vez perturbador.

Sin perder detalle de la música que continuaba dando vueltas, dentro de mi pecho sentí un delicado golpe... dos... tres... Los golpes se convirtieron en compases y todo mi cuerpo comenzó a vibrar. Era tan agradable, tan sutil. Era como una caricia que me recorría siguiendo el curso de la sangre, yendo por todas mis venas. Me percaté que esa energía comenzaba a salir por cada uno de los poros de mi piel y me hacía estremecer.

La habitación comenzó a sentirse ambar. La luz bajó de intensidad como si estuviera siguiendo el ritmo cada vez más lento de aquella música que se había apoderado de todo el espacio.

Ya no era yo ahí. Era una más de las hojas que se iban volando con el viento y que se movían con el pulso del cosmos. Ahí estabas también tú, girando y flotando en mi, conmigo. Creí sentirte como una espiral alrededor de mi cuello, luego bajando como una onda tibia por mi torso y mi espalda. Sin hacer una sola pausa, me sentí girar como un remolino, grabando las paredes que se topaban por mi paso con símbolos extraños, inintelegibles.

Al abrir los ojos, sentí su respiración junto a mi oido... no me preguntes quién era o a qué venía. No recuerdo ni su rostro, ni su color de piel. Sólo sé que era un hombre antiguo, de esos que viajan a través de los milenios dejando historias a su paso, música por doquier, sueños en el aire, tiempo entre sus dedos.
Pequeños cuestionamientos
Hoy se preguntó por qué los ojos sólo ven llover y no llueven...

Hoy se dispuso a mostrar una sonrisa tan abrumadora para no despertar sospechas...

Hoy guardó al sol bajo su brazo y dejó que las nubes hicieran una fiesta con sus nostalgias...

Hoy estornudó sollozos confirmando su hipótesis de que el verdadero diagnóstico es: Gripa emocional.

...

Mañana volverá a preguntar, porque es curiosa.

Me he dado cuenta que no tengo a quién dedicarle un post. Que puedo escribir al vacío y ni éste me contestará. Que pueden pasar los días, las semanas y los meses, y no hay quien reclame un verso o una fotografía. Al mismo tiempo, por influencia del omnipresente positivismo de mis pequeñas conciencias, pienso que no es tan malo todo lo anterior: me ahorro tiempo, no ando cumpliendo caprichos, no sufro por no saber que escribir... simplemente no escribo.

Si este lugar se queda sin ecos, no importa. Si se llena de vacíos, es igual. Es como un cuarto sin muebles, no hay donde sentarse, ni donde tener una noche de pasión con algún desconocido. Y al voltear alrededor, todo da igual.
Salir

Lo volatil
Y veo la figura que se queda estática
como una sombra,
como gris.

Me hace pensar que algo está ahí
pero no me da la gana
saber qué es.

Aguardaré llenando un cuarto
con historias en rojo
y quizá algo de negro,
con algo de humo...
mirando la posibilidad
de que el humo le de forma a la figura.
Sorpresa

Hoy me ha sorprendido

sentada debajo de

una hoja que golpea

la lluvia de la tarde.



He volteado a verla.



La sonrisa me salió al revés.



Ja.
Triste noticia
Previamente, una llamada.

...y todo esto me recordó un acto de magia donde me quedé mirando fíjamente la mano del mago, entonces me dijo: "¿Ves? Ahora está (...) y ahora no está"

q.d.e.p. mi querida Lichita
Población de alto riesgo

Hablo de algunas mujeres:
de esas que después de los treinta
decidieron hacer lo que más les gusta,
de las que excluyeron de sus sueños
el traje de novia y los teteros.

Mujeres sin horarios,
sin calendarios,
sin rutinas,
mujeres peligrosas
para las demás mujeres
o por lo menos amenazantes
mujeres con proyectos personales,
no familiares.

Mujeres que conviven en la soledad
y no le temen,
por el contrario
la defienden
aunque de vez en cuando
no están solas
y lo disfrutan.

Alguien llega al pasar la noche:
y se hace el príncipe
mientras dura el encanto,
pero siempre se va
pero no importa
que no deje sus datos personales
ni hable de sus rutinas
o que no vuelva siquiera,
ni llame,
ni pregunte que más hacer por la tarde.
Ya vendrá otro
y otro
cada uno más bello
o más feliz
o más oportuno
y se irá de nuevo,
no importa.

Siempre se irán los amantes.
No importa,
si quedan los amigos.

(Cristina Toro)



Los sueños que las últimas noches he tenido son más parecidos a una pesadilla light, porque no llega a atormentarme lo suficiente como para despertar sudando o llorando.

No hay amanecer en el que me incorpore con la hueva de la mañana pensando qué diantres quizo decirme el sueño de la noche anterior -porque, hasta eso, sueño mucho, mucho- y hasta he clasificado mis sueños según el grado de rareza. Si alguien pudiera ver en una pantalla lo que sueño, muy probablemente me diría que qué me fumo o me tomo, porque suelo soñar cosas tan extrañas... definitivamente bizarras.

Pero no siempre es tan fácil decirlo, me cuesta trabajo no hacerle caso a mis sueños, porque desde pequeña he tenido la impresión de que me quieren decir algo relevante para mi o para otros; un mensaje oculto detrás de signos y símbolos que se vuelven ambiguos cuando abro los ojos y quiero encontrar la lógica de lo soñado.

La teoría se confirma con aquel sueño que tuve hace muchos años, creo que 10, donde fue tan fuerte la sensación de estar inmersa en lo que soñaba, que estuve todo un mes repitiendo totalmente convencida que era una "guerrera del ejército de la luz" y había luchado durante toda la noche contra las 'fuerzas oscuras' que pretendían comenzar una gran batalla (...jaja).

En todo este asunto onírico, he analizado, por creerlo conveniente, mis papeles dentro de mis sueños... soy la que observo, soy testigo, soy fantasma, no existo, soy protagonista, los violento, influyo en ellos, los manipulo o me manipulo dentro de ellos. Por lo menos estoy segura de que no son fotocopia de nada que viera en la tv, ja.

Pero no por eso dejo de preguntarme qué significará tener sueños tan diferentes como los recientes: anoche soñé que manejaba, sólo manejaba. Iba a 130 o 140 km/hr y alguien iba a mi lado -no podía verle la cara- yo no podía frenar por ser una especie de carretera multicarril. Había demasiadas curvas, eso no me dejaba frenar y bajar la velocidad para tomar el camino que yo quería (o que me llevaría a donde tenía que llegar, da igual). Fue desesperante, sentí impotencia. Yo no pude tener el control de la situación, lo cual, por mi condición controladora, parece una bendición.

Sueño en clave, con sueños nítidos, a color, viendo los rostros de quienes comparten conmigo esas dimensiones, interactuando con ellos de tantas formas, y me hace pensar que hay muchas cosas detrás de lo que vivo cotidianamente.

Por eso nadie me quita de la cabeza que mis sueños, todos mis sueños, me están susurrando un secreto al oido, para que me de cuenta de algo. Por eso suspiro entre letras, me sonrío volteando la mirada, deseando nunca dejar de soñar.
Y me recuerdo a mi misma la hermosa frase de Calderón de la Barca:

"¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra,
una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los
sueños, sueños son."

Pedro Calderón de la Barca

Pendientes del sábado pasado
...un beso que dejé sentado en la banca junto al árbol de la calle Alonso esquina con Av. Juárez.
(¿o lo dejé en aquel abrazo que me diste?)

...y olvidé recoger la sonrisa que me robaste cuando dijiste 'Adios'
(¿o era un 'Hasta pronto'?)

...dos suspiros que, probablemente, se me cayeron pasando por la Plaza de San Fernando
(y apenas me doy cuenta de que me faltan)
Controversias
El absurdo compromiso de cambiar al mundo puesto sobre el mantel de la mesa, adornado con el tono mordaz de lo que sale de su boca, cual perros rabiosos...
El canto de los cronopios
"Cuando los cronopios cantan sus canciones preferidas, se entusiasman de tal manera que con frecuencia se dejan atropellar por camiones y ciclistas, se caen por la ventana, y pierden lo que llevaban en los bolsillos y hasta la cuenta de los días.

Cuando un cronopio canta, las esperanzas y los famas acuden a escucharlo aunque no comprenden mucho su arrebato y en general se muestran algo escandalizados. En medio del corro el cronopio levanta sus bracitos como si sostuviera el sol, como si el cielo fuera una bandeja y el sol la cabeza del Bautista, de modo que la canción del cronopio es Salomé desnuda danzando para los famas y las esperanzas que están ahí boquiabiertos y preguntándose si el señor cura, si las conveniencias. Pero como en el fondo son buenos (los famas son buenos y las esperanzas bobas), acaban aplaudiendo al cronopio, que se recobra sobresaltado, mira en torno y se pone también a aplaudir, pobrecito."

J. Cortázar (Historias de Cronopios y de Famas, fragmento)


Las nubes tienen prisa por mudarse,

les pido que no me abandonen.


Se mueven como algodones gigantes

sin gravedad

no hacen ruido

y, para cuando llegue la noche,

me dejarán dormir.


Si despierto sola

es porque ya se fueron,

sin hacer escándalos

ni prendiendo las luces,

así... nomás de puntitas.
Cada vez
tu noche parece más larga
y más afilada

El pulso de tus lunas
se siente débil,
más pausado
el silencio
se mueve al mismo compás

Ya no bailo
en aquel ritmo
que era
definidamente
nuestro,
senza fine

Y dormida
no te quiero
pensar
pero
es fútil
mi intento

Ahí sigues...
entre las líneas
de mi pensamiento,
entre letras
que no arman ya
ni tu nombre

Mi pulso
se ha ido contigo,
y contigo
se encaminan las lunas
de todos los meses.