Me he dado cuenta que no tengo a quién dedicarle un post. Que puedo escribir al vacío y ni éste me contestará. Que pueden pasar los días, las semanas y los meses, y no hay quien reclame un verso o una fotografía. Al mismo tiempo, por influencia del omnipresente positivismo de mis pequeñas conciencias, pienso que no es tan malo todo lo anterior: me ahorro tiempo, no ando cumpliendo caprichos, no sufro por no saber que escribir... simplemente no escribo.
Si este lugar se queda sin ecos, no importa. Si se llena de vacíos, es igual. Es como un cuarto sin muebles, no hay donde sentarse, ni donde tener una noche de pasión con algún desconocido. Y al voltear alrededor, todo da igual.
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Me identifico.
Me sucede lo mismo, escribo por capricho mio, al que le guste, que le guste, al que no igual me da.
Bien dixo mi estimada L.
daaaaaa