Ni hablar de estar en su lugar. Es una triste historia la de esta chica que está enterándose de que todo lo bueno ahora es todo lo malo.
Que no sabe ni qué hacer, ni a dónde ir, con quién estar.
No quiero estar en sus zapatos, ni en su ropa, ni en sus lágrimas -todo roído por el tiempo que no ha vuelto a verla- porque no hay nada más patético que vivir en soledad, haciendo pedazos los pocos recuerdos que le quedaron... haciendo de su historia un pedazo de papel gastado y manchado.
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