Es innegable el aire de pesadez, el sentimiento extraño que anda rondando por todos lados. Yo tengo días, (qué digo días, semanas) que me siento como varios de los autores de mis blogs favoritos. En mis ratos sombríos solía acudir a ellos en busca de algún escrito que disipara mis ideas grises y locas, por lo menos por un rato y, ahora, me doy cuenta de que todos estamos si no igual, parecidos...
Es como una sensación tipo "Love is in the air" pero al revés... es como un "November rain is in the air", o más radical, cómo estar escuchando la banda sonora de "Requiem for a dream" combinado con imágenes de aquella película de Ingmar Bergman "El séptimo sello", que es una obra maestra, pero sigue siendo blanco y negro (o blanco y gris).
Todos están (o estamos) metidos en nuestros caparazones cual caracoles, es como una desazón... y me sigo preguntando al igual que el resto -casi todos- qué sigue?
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Una vuelta y giro entre sueños...
pregunto que hay detrás del telón rojo
quizá en espera de nuevos albores,
quizá conteniendo suspiros.
Construyo imágenes de ti
y todavía no sé si serás.
Sólo sé que estoy aquí
sentada frente al telón rojo.
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Me resulta inevitable detenerme y no escribir... he estado intentando no volcarme en las letras, pero no puedo retenerlo más. Ni yo misma entiendo qué demonios pasa. Demasiada ansiedad, quiero salir de aquí, quiero estar en otro lugar, en miles de lugares. Caminar y caminar, conocer caras nuevas, escuchar voces que jamás he escuchado.
Me busco, no me encuentro... ¡Qué irónico, cuando me encuentro resulta que no me ando buscando!
Alguna medicina debe de existir para este mal que me aqueja, dónde, dónde???
En casa me preguntan que qué me sucede, que me ven muy quieta, que por qué no me muevo... (bah! si supieran!).
Es un asunto de apariencias, en mi interior hay demasiado movimiento: puedo sentir mi sangre moverse como un tango dramático... mis ideas van y vienen como locas -desquiciadas- ni yo misma las soporto... mis dedos sufren de un terrible cosquilleo a cada momento, porque no conciben el no escribir y escribir y escribir... mis labios sienten la presencia invisible de otros y esperan su turno para acechar, mis sueños giran en espiral cada vez con mayor velocidad, buscando el momento para expandirse...
Yo no puedo dormir, ya son muchas noches en que la noche cae y el día se va, todo parece al revés, todo me parece un caos... dulce destino, sólo te pido una señal...
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